CUANDO LA MARCHA llega a la esquina del SINPAE van al frente l@s jóvenes de negro con sus consignas y pancartas. (Poco antes, cuando algunos dirigentes sindicales l@s niegan ante la policía son apoyad@s, reconocid@s y asumid@s parte de la actividad por l@s participantes – nota 1).
Caminaba y conversaba con una amiga y periodista siguiendo a la tumbacocos que dobló a la izquierda buscando la avenida central.
L@s muchach@s de negro se adelantaron para retomar la cabeza del desfile y la tumbacocos, evidenciando el engaño, dió marcha atrás.
El exdiputado Luis Armando Gutiérrez le dice algo al chofer y éste desde la cabina le responde: lo que quería era quitarme de encima a esos H de P.
El exdiputado y dirigente sindical suelta la risa. Extrañada me le acerco y le pregunto ¿A qué H de P se refiere el chofer?
Me mide con la mirada y responde que no sabe.
Le insisto: pues a esos muchachos de negro, dice. ¿Y por qué?, pregunto.
No sé, pregúntele a ellos, responde. Es a usted a quien estoy preguntando, acabo.
L@s jóvenes no se percatan y siguen hacia la Asamblea Legislativa. L@s policías se dividen por la acera a ambos lados de la calle y el jefe los urge a ir rápido.
Aquello tiene cara de trampa preparada y ejecutada supuestamente por la cúpula sindical, a menos que el chofer de la tumbacocos tenga el mando.
Mi amiga y yo corremos por la avenida central para informar a l@s jóvenes de la situación y sugerirles que no se dejen aislar.
Acto seguido nos dirigimos a la avenida segunda para ver porqué la marcha no camina. Nos dicen que la tumbacocos está mala. Me dirijo al chofer que dice llamarse Albertico y le reclamo haber engañado a l@s muchach@s y habérsel@s entregado a la policía. Se hace el occiso. Sobre continuar con la marcha dice que está haciendo lo posible por arreglar la tumbacocos. La gente se empieza a inquietar y al ver que había dos tumbacocos, sugiero continuar con la otra, que está buena pues la marcha debía llegar pronto a la Asamblea Legislativa. L@s muchach@s podrían correr peligro estando sol@s con la policía y mi amiga insistía en que las imágenes que iban a sacar los medios deberían mostrar la realidad del número y calidad de la asistencia.
Cuando al fin se comenzó a mover la otra tumbacocos, me acerqué al exdiputado Gutiérrez y le manifesté que su calidad moral dejaba mucho que desear pues había sido capaz de entregar a l@s jóvenes de negro a la policía. Me respondió: Que la que dejaba que desear era mi calidad moral, pues usted se está metiendo en lo que no le importa. Aquí nosotrOs mandamos y hacemOs lo que queremOs y como queremOs.
Le manifesté que esas palabras, dichas por un dirigente sindical dejaban más que clara su opaca calidad moral.
Frente a la Asamblea Legislativa hubo discursos pero no tarima, hubo empellones y hasta un pisotón del compañero bien humorado del patriarca exdiputado sindicalista. Como broche de oro y antes de pasar a las actividades en la Plaza de la Democracia la tumbacocos nos deleitó con “rata de dos patas” canción de Paquita la del barrio justo para los oídos del patriArca bigotes.
Caminaba y conversaba con una amiga y periodista siguiendo a la tumbacocos que dobló a la izquierda buscando la avenida central.
L@s muchach@s de negro se adelantaron para retomar la cabeza del desfile y la tumbacocos, evidenciando el engaño, dió marcha atrás.
El exdiputado Luis Armando Gutiérrez le dice algo al chofer y éste desde la cabina le responde: lo que quería era quitarme de encima a esos H de P.
El exdiputado y dirigente sindical suelta la risa. Extrañada me le acerco y le pregunto ¿A qué H de P se refiere el chofer?
Me mide con la mirada y responde que no sabe.
Le insisto: pues a esos muchachos de negro, dice. ¿Y por qué?, pregunto.
No sé, pregúntele a ellos, responde. Es a usted a quien estoy preguntando, acabo.
L@s jóvenes no se percatan y siguen hacia la Asamblea Legislativa. L@s policías se dividen por la acera a ambos lados de la calle y el jefe los urge a ir rápido.
Aquello tiene cara de trampa preparada y ejecutada supuestamente por la cúpula sindical, a menos que el chofer de la tumbacocos tenga el mando.
Mi amiga y yo corremos por la avenida central para informar a l@s jóvenes de la situación y sugerirles que no se dejen aislar.
Acto seguido nos dirigimos a la avenida segunda para ver porqué la marcha no camina. Nos dicen que la tumbacocos está mala. Me dirijo al chofer que dice llamarse Albertico y le reclamo haber engañado a l@s muchach@s y habérsel@s entregado a la policía. Se hace el occiso. Sobre continuar con la marcha dice que está haciendo lo posible por arreglar la tumbacocos. La gente se empieza a inquietar y al ver que había dos tumbacocos, sugiero continuar con la otra, que está buena pues la marcha debía llegar pronto a la Asamblea Legislativa. L@s muchach@s podrían correr peligro estando sol@s con la policía y mi amiga insistía en que las imágenes que iban a sacar los medios deberían mostrar la realidad del número y calidad de la asistencia.
Cuando al fin se comenzó a mover la otra tumbacocos, me acerqué al exdiputado Gutiérrez y le manifesté que su calidad moral dejaba mucho que desear pues había sido capaz de entregar a l@s jóvenes de negro a la policía. Me respondió: Que la que dejaba que desear era mi calidad moral, pues usted se está metiendo en lo que no le importa. Aquí nosotrOs mandamos y hacemOs lo que queremOs y como queremOs.
Le manifesté que esas palabras, dichas por un dirigente sindical dejaban más que clara su opaca calidad moral.
Frente a la Asamblea Legislativa hubo discursos pero no tarima, hubo empellones y hasta un pisotón del compañero bien humorado del patriarca exdiputado sindicalista. Como broche de oro y antes de pasar a las actividades en la Plaza de la Democracia la tumbacocos nos deleitó con “rata de dos patas” canción de Paquita la del barrio justo para los oídos del patriArca bigotes.
Nota 1: Cf. vídeo de Stella Chinchilla, 1mayo Por la noche.
Raquel Villarreal. Artista plástica y escritora
Raquel Villarreal. Artista plástica y escritora
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