lunes, 25 de abril de 2011

.:: María Angélica León Umaña - LA espalda del umbrAL o el arte de “despabilar la risa”, deconstruir y crear de nuevo… * ::.


A RAQUEL VILLARREAL, escritora y artista gráfica costarricense la conocimos en el ámbito literario hacia el 2005, cuando nos sorprendió con la publicación de su novela Por los sigNos de los siglos Amén; un libro extraordinario que seguimos releyendo desde entonces, y felizmente, nunca del mismo modo.

Trabajar con los textos de Villarreal nunca es fácil, pero eso justamente es lo que los hace únicos. No vienen en paquete con instrucciones, ni congelados o con fecha de vencimiento… No, los textos de Raquel, deseantes y deseosos, exigen un lector activo, un compañero de juego que se sumerja de a una y sin miedo, a conectar los vacíos, a emprender los sentidos, a imaginarSe desde ese lugar “no mismo” que entreteje su escritura. Porque, tal como apunta Villarreal en su poema “no misma”:

Lo mismo
nunca es lo igual.

La diferencia
Es
no misma.
(Villarreal, 2010:77) – “no misma”

Justamente este poema y muchos otros, son parte de su última producción con la que nuevamente nos sorprende: LA espalda del UmbrAL.

LA espalda del UmbrAL es una obra en verso que está escrita también a dos manos y dos artes. Sus dibujos dialogan ahora con una poesía llena de agua, amores, crítica, memorias y olvidos; una poesía de luna, cambiante, orgullosamente femenina y por supuesto (como siempre sucede con Raquel) muy alejada de los cánones establecidos. Los versos mismos nos van registrando esa distancia, como por ejemplo, en el siguiente extracto de “Acentos”

Los versos
con el acento
van
a lugares comunes
(Villarreal, 2010:68) – “Acentos”

A partir de esa transgresión de los cánones y con una retórica propia, al mismo tiempo que las rimas, los acentos y las reglas se resquebrajan; se quiebran también con ellos las ideologías de turno. Se trata entonces no sólo de una estética, sino también de un acto performativo. Tal como lo expone en su poema “si otra”:

Es mirar
de otra manera.
Dislocar
Entendederas.
(Villarreal, 2010:78) – “si otra”

LA espalda del UmbrAL se estructura en nueve capítulos a los que nos introducen siempre los grafitos de Raquel. Arte y literatura en sus distintos lenguajes comparten la composición y parecen estar hilados cual familia, con ese mismo concepto que se nos presenta en su poema “A Efraín”:

De ombligo a ombligo
va el hilo
y la aguja lo conduce.

Atrás.
Adelante.
Aquí.
(Villarreal, 2010:69) - “A Efraín”

Su poesía, igual que sus dibujos, va más allá de las formas y proporciones. Juntos, son una invitación a un círculo privado, a intimar con un sujeto-texto femenino que nos comparte su secreto, que nos insta a ver y leer cuál es la magia transgresora que guardan en su forma de ver el mundo. Ambos abarcan la femineidad no como un tema sino que se fundan desde una femineidad que transgrede los límites de lo patriarcal: al mismo tiempo que de-construyen esta ideología con una fuerte crítica, también re-construyen con júbilo, en su proceso creativo, un lugar en el que la voz de la mujer se instaura libremente.

Siguiendo las casualidades nunca casuales en este juego de lectura al que nos invita LA espalda del UmbrAL, es importante hacer referencia a la organización del libro; a esa original estructura que divide y le da forma a sus poemas. El tema que entrelaza sus capítulos son las fases de la luna; esa representación del Eterno Femenino, del mundo de los sentimientos y las emociones. Comenzamos en “crescendo” con el primer capítulo (Luna en cuarto) y terminamos en un cielo sin luna, o mejor dicho, con Luna Negra.

Esta última inusual fase oscura es el resultado, según la astronomía, de la conjunción exacta del sol y la luna, un momento en que la luna se encuentra tan cerca del sol que no puede ser vista desde la Tierra. Por otro lado, desde la astrología nos lleva de vuelta a la historia de Lilith, una segunda luna hipotética de la Tierra que también representa el lado oscuro y desconocido de la naturaleza femenina, una fuerza transgresora que remite a las rupturas necesarias para el crecimiento y la evolución… Independientemente de la astrología o la astronomía, la pista organizadora son las renovaciones cíclicas, la destrucción imprescindible para que se generen nuevas creaciones.

La lógica lunar se traslada a los poemas y el texto se convierte ciertamente en un abanico de sentimientos que van creciendo y decreciendo en luz hasta apagarse, no sin antes anticipar un eterno retorno. La historia se termina en LA espalda del umbrAL, así: LA – AL, en ese palíndromo, que nos recuerda la conexión entre las espaldas o finales y los umbrales o comienzos. La vida de la luna, como la nuestra, está también sujeta a la ley del devenir: crecer (deseos, búsquedas, ilusiones…), decrecer (cambios, ausencias, nostalgias…) y morir (olvidos, cenizas, recuerdos…)

Lo poético como vemos, se re-formula y se consuma en una poesía lunar, femenina y libre que entrelaza desde los más íntimos sentimientos hasta fuertes críticas de reacción contra las estructuras e ideologías que se nos imponen; sin que deje nunca de ser un acontecer, un viaje, ese mismo al que nos apunta por ejemplo el poema “De lo poético”:

La cuerda libre,
abatida,
despabilando la risa.

Y la gallinita ciega
que se mira
en tu reloj.

Las piedras amanecidas
hilando
frente a tu frente.
Callejón de los murmullos.
Miedo al lampo
y al augurio.

Colibrí rescoldo adentro.
Y viaje
a la extremaUnción.

(Villarreal, 2011:56) – “De lo poético”

¿Cómo resistirse al chapuzón en este mundo de corazones libres, ombligos misteriosos, “Mejillas / del color de la nostalgia” (Villarreal, 2011:57), palabras que van en candombé al ritmo de la poesía, estacas desenterradas con sabor a perfidia, zafarrachos, femicidios, memorias y olvidos? ¿Cómo resistirse a un libro tan intensamente humano que disloca nuestro día a día en imágenes singularmente construidas?

Los invito a que no se resistan, a que desdibujen, lean y relean los versos de tod@s y de un@, a que se enSueñen entre estos versos de palabras vagabundas sin diccionario y sin acento que los llevarán sin duda a lugares no comunes. Una invitación especialmente tentadora en estos días en que es imprescindible contar a mano con poesía que en su concepto de lo poético, aun abatida, se encargue siempre de de ir “despabilando la risa” (Villarreal, 2011:56).


* Texto de María Angélica León Umaña, leído por Arabella Salaverri durante la presentación del poemario de Raquel, la noche del 12 de abril de 2011 en el Instituto Cultural de México en Costa Rica.

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